domingo, 27 de marzo de 2016

Jueves y Viernes Santo, imágenes que hablan por si solas



Alberto Lemaitre en su libro “Mompox tierra de Dios” dice que en esa vieja Villa sus calles parecen despidieran fuego y, no se equivocó, pues, en estos días de Semana Santa, cuando el turista desbordó la capacidad hotelera de la localidad, donde no cabe un carro más en sus estrechas y adoquinadas calles, el calor y la humedad elevaron el termómetro a temperaturas elevadas nunca vista. Los entendidos dicen que dicho fenómeno obedece al cambio climático de la tierra y, en especial al fenómeno del niño, que ha convertido a la región en un desierto árido y seco. Mompox, necesita desde ya un plan agresivo que ayude a mitigar ese fenómeno, como lo es la siembra de árboles frondosos, que den sombra, en la mayoría de sus calles. Una exigencia puntual en ciudades con estos climas agresivos. Aún así, el encanto y el fervor de sus días santos se manifestaron en procesiones, como la del jueves y Viernes Santo, cuyas imágenes caracterizan la pasión y muerte de Jesús de Nazaret y, la del viernes, cuyo sepulcro es una  reliquia forrada en oro, que guarda en su interior el cuerpo de Jesús envuelto en sábanas blancas, convertido a lo largo del tiempo en el orgullo de los momposinos. Las imágenes que a continuación coloco en este blog son una muestra de esos días cargados de Fe. 






  

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