Esta vez la historia de la LIGA DE CAMPEONES, tiene los mismos ingredientes de aquella del 2014, esta untada con el sabor madrileño, pues sus dos equipos, uno, con chequera a bordo, donde el esfuerzo cuesta una fortuna y, el otro, donde paso a paso esta entre los grandes sin negociar esa cualidad venida de la voluntad. Aquella vez, en mi columna DIRECTO AL PUNTO, escribí, con el titular que aparece en esta, para referirme al éxito de los “colchoneros” de manos del “cholo” Simeone, que hoy, dos años después, el mismo hombre de carácter fuerte y espíritu indeclinable repite y, que por cosas del destino incluí en mi libro ENCESTADOR DE NOSTALGIAS, que transcribiré a este portal.
“La frase simbólica no es mía, se la escucho decir Francisco Maturana a Diego Simeone cuando era jugador del Atlético de Madrid. En mis diálogos con el profesor tocando temas relacionados con la vida y obra de entrenadores, le decía que existen muchas de ellos que pasan desapercibidos, pero había otros, que además de sus resultados dejan huellas, por hacer del fútbol una forma de vida. En estas cosas de la cotidianidad ligada al fútbol, Maturana es un maestro, sus frases son contundentes, cortas, pero aromadas con el comportamiento humano. Cuando le pregunte por el “Cholo” que está haciendo historia en el futbol de Europa esto me dijo: “para mí fue el jugador bastión de un entrenador. Amante del trabajo y de entrenarse al límite, con algunas limitaciones técnicas, pero con un gran corazón. Decía que había que jugar con el cuchillo en la boca. Un líder dispuesto a estimular a sus compañeros hacia el trabajo. En alguna oportunidad le dije a un periódico que con 11 Simeones me iba recorrer el mundo. Una persona muy inteligente, que en un momento probó su manera de sentir y dirigir y tuvo problemas por su paso por Italia, que después de algunos golpes le enseño la importancia de defenderse bien para atacar bien lo ha llevado a sus actuales logros”. Su historial como jugador insigne de la selección argentina, inamovible en su puesto de vanguardia, lo que le permitió en época de jugador vestir la camiseta de siete clubes profesionales, hasta que colgó los guayos en el año 2006. Poseía ya el bagaje y las horas de camerino para entender y comprender la verdadera esencia del entrenador. En ese peregrinar ajustando las ideas de la enseñanza diaria, pudo amalgamar para su propia filosofía de juego, donde ha hecho famosa frases como “la victoria se cosecha paso a paso y, el esfuerzo no se negocia”. En el Atlético de Madrid, equipo donde se ha visto la mano y el sello de este riguroso entrenador, tiene el record de haber logrado 100 triunfos en 56 partidos, hazaña que no superara ningún otro que se siente en el banco “colchonero”. Dos años después, las estadísticas habrán explotado a su favor, cuando la historia la repite con los mismos ingredientes, para convertirse en un fuera de serie, dejando regado en el camino a equipos plagados de estrellas, porque sus jugadores tienen “fuego en el corazón” y juegan siempre “con el cuchillo en la boca”.

No hay comentarios.:
Publicar un comentario