Habla poco, es callado, de semblante taciturno y adolece del verbo de sus congéneres. Es decir, es un argentino con el molde perdido e irrepetible. Así es el señor Peckérman, quien en rueda de prensa justificó la ausencia del Teo hablando de cambios de generación. Aquella vez, hizo lo mismo con Macnelly, Esta vez, no solo cometió la injusticia de dejar por fuera al del perfume diferente, como lo he dicho varias veces, sino que, obedeciendo a los parámetros de su actual partitura, le importo un carajo lo que Vladimir hace con su botín mágico. Acorazado y protegido en su concha de intocable, con esa manera que tiene de no matar una mosca, mueve fichas de la selección nacional a su antojo, ante la mirada impávida de todos. El panorama incierto del fútbol de hoy, donde los que saben se quedan en el banco, como le acaba de suceder a James, en el deslucido encuentro del año, pone de manifiesto, que los técnicos de hoy prefieren usar la máquina de defenderse, usando jugadores patas duras, esos que atentan contra el espectáculo, Podrá decir el padre nuestro arrodillado, que no se lo creo, lo de Teo es y será siendo la peor injusticia que se ha cometido con un jugador por estos lares. Por eso de las aguas mansas líbrame Dios…

La verdad tienes unos aciertos, pero la estrategia defensiva hacer parte del deporte.
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