Cuando el senador Roberto Gerlein Echeverría, con esa elocuencia que se gasta para decir las cosas, le dijo a Gustavo Jimeno Escolar cuando en el año de 1992 quedó campeón Mundial de moto Náutica, en ese circuito que se realiza por el rio de la patria, que era “el barbul más rápido del rio Magdalena”, jamás pensó que ese joven barranquillero, inquieto y de carácter sibarita, iba a repetir la hazaña, para consolidarse como dueño absoluto de esa maratónica y dura prueba.
ESA LANCHA ES MIA.
En la década de los años 80, cuando apenas comenzaba a forjar el carácter y la disciplina para convertirse más tarde en un profesional exitoso, ocupando importantes cargos en Monómeros y Ecopetrol, un amigo le pidió el favor que le remolcará una lancha que tenía parqueada en el viejo muelle del club de Pesca. Dice él con esa memoria que lo caracteriza para reseñar las minucias de la vida, que cuando vio la pequeña embarcación atada a su viejo Land Rover , algo extraño le sacudió el cuerpo y el alma para afirmar con vehemencia que esa lancha ya era de él. Con ella aprendió a esquiar, y a navegar por el caño que conduce al Horno y Sitio Nuevo. En esas andanzas sin saber lo que le deparaba el futuro, conoció a unos antioqueños que haciéndoles adaptaciones al bote hacían competencias por el rio. Entonces comenzó a competir y, se dio cuenta que tenía y sentía una convivencia especial con ese rio plagado de historia.
LAS 400 MILLAS DEL ORINOCO.
Recorrer 400 millas por el río Orinoco en un solo día, ha sido una de las pruebas más duras que le toco presenciar, ya que esse afluente es un mar de agua dulce, impetuoso y de una fuerza incontenible, donde la mayoría de las embarcaciones sucumbían. Las millas había que recorrerlas en un promedio de 6 horas. Quede a la deriva, me afirma, pero sirvió para reafirmar una vez más, que a pesar del temor que producía esa fuerza inexplicable de la naturaleza, el río para él, por ese entorno especial que lo envuelve para convertirlo en un paisaje cautivador, era como una novia recién conquistada que tenía que conocer.
EL PRIMER CAMPEONATO Y EL CABALLERO REPITE.
Acompañado por Richard Tejedor, un navegante experto en motores fuera de borda, afina su máquina, a la que bautizó con el nombre de Lazorda, como un homenaje al legendario manager del beisbol, con el propósito de comenzar a escribir la historia por esos parajes olvidados del país. Es así como por primera vez se devora los mil doscientos kilómetros por esas avenidas de ese caprichoso, hasta llegar de primero a la última etapa en la ciudad de Cartagena. En el año de 1999 repite para coronarse campeón por segunda vez y, en el 2014, diez lustros después, con más años de experiencia, pero con el mismo corazón enamorado del río, repitieron la hazaña para convertirse en un hijo predilecto de esas poblaciones ribereñas que convierten en una fiesta la llegada de la caravana fluvial. La frase del ilustre senador refiriéndose al “barbul más rápido del rio Magdalena” hoy toma más vigencia que nunca, para colocarle la impronta al más veloz en la serie de los motores fuera de borda.
La muerte que llega a deshoras, como ha sido tu inexplicable partida, haciendo lo que más te gustaba, me traslado a aquella vez cuando te entrevisté para hacer una crónica sobre ese enamoramiento tuyo con el río, que hoy con el corazón apretado invoca tu perdurable recuerdo. Paz en tu tumba.






