martes, 12 de abril de 2016

INMORTAL. A mi amigo Edgar Perea



Esta mañana de este 12 de Abril, cuando los rayos del sol apenas caían tenuemente sobre la ciudad dormida, tu incomparable voz quebró los cimientos y el alma de esta urbe, que incrédula aún, se conformaba entre sollozos oír el repicar de tu garganta prodigiosa narrar con tu inconfundible estilo el gol de tu patria querida. En silencio durante todo el día, con la piel erizada y el corazón apretado, volví a recordar aquellas gestas que estaban dormidas por esa acción inexorable del tiempo pero que fueron suficientes para afirmar que ya eres inmortal. El país hoy se rindió a tus pies para homenajearte como el más grande de todos, como el mejor, como el incomparable. Como te lo dije, la última vez que hablamos por teléfono, cuando tu agradecido me llenaste de elogios por la columna que te dedique y titule COLOMBIA MI PATRIA QUERIDA, que aparece en mi libro ENCESTADOR DE NOSTALGIAS, “no hubo un rincón de la patria que no se estremeciera con ese cantico que hacia que las cuerdas sensibles del ser taladraran el alma, para convertirlas en un cumulo inexplicable de sensaciones. Una voz que vibraba para hacer de su oficio un cantico con tonadas de magia y fantasía”. La muerte que llega sin avisar te arropo con su manto para colocarte en el panteón de los grandes, sencillamente, porque con ese estilo y forma de narrar llegaste al corazón de la patria, para hacer de ella un torrente incontrolable de emociones. Eso fue suficiente para que hoy, estés en el corazón de todos los colombianos. PAZ EN TU TUMBA.   

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