Esta vía llamada también 51B, salida oficial para el vecino
municipio de Puerto Colombia, se convirtió por esas cosas del desarrollo en un
sitio imposible de transitar. Cobija su vía el crecimiento urbano universitario
y escolar, sobrepasando su capacidad real para el transito normal de los miles
de vehículos que diariamente por ella transitan. Si a ese mal que imposibilita
la movilidad, se le atribuye el mal comportamiento de la mayoría de los buses
en las zonas puntuales de la Universidad del Atlántico y la del Norte, el caos
es total. Contra la nevada en los predios de la universidad del Atlántico, no
ha podido nadie solucionar ese desmadre y, si a ello se le añade el provocado
por los alumnos de la Universidad del Norte, que por no utilizar el puente peatonal,
atraviesan la vía provocando este desorden colectivo ante la mirada impávida de
quienes controlan el transito, y directivos de dichos planteles. El
comportamiento social, el respeto por las leyes urbanas, el sentido de
pertenencia para hacer de esta ciudad más digna y llevadera, es tarea también
de las aulas. ¿Sera que directivos y autoridades competentes no se han dado
cuenta del “extraño mundo de Sobuso que se ha convertido ese corredor?.

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