martes, 25 de octubre de 2016

La Casa de Sierpe


En una velada en compañía de David Ernesto Peñas en la nostálgica Mompox, mi entrañable amigo que una vez quizás sin proponérselo se montó en el barco de la ausencia para alejarse físicamente de su terruño inolvidable, floto la idea de escribir en un formato novelesco la vida y obra del abuelo historiador Don Pedro Salzedo DEL Villar. Acababa de escribir un libro sobre cuentos al que mi amigo le había escrito el prólogo y, le parecía que era el momento de embarcarme en dicha tarea. La idea navegó por el mar de los sueños e ilusiones, hasta que llego a puerto seguro consolidándose como una novela con el sello de la editora Collage Editores y, el buen oficio de Álvaro Suescun. La Casa de la Sierpe fue el título que le coloque a la novela, pues fue en ese claustro espiritual donde se tejió la historia de quien es considerado el historiador insigne de ese terruño cargado de historia y de blasones. Pero voy a dejar esta vez que sean unos apartes del prólogo de la misma escrito por el historiador Oscar Arquez Van-Strhlen y, el relato al pie de la contraportada del libro reseñado por el periodista y escritor Andrés Salcedo, los que den algunas luces del contenido de esta zaga histórica escrita con el propósito de no olvidar quienes somos y de dónde venimos. 

“Esta es una novela histórica biográfica que recoge algunos aspectos esenciales del pasado colonial de una ciudad colonial, blasonada con las reliquias de la historia, que contribuyó de gran manera al desarrollo económico de nuestro país. Escrita por un acto de fe en esa ciudad que vive en los pensamientos, en la cotidianidad y en los relatos y columnas periodísticas de José Deyongh Salzedo, en un intento feliz para evitar que el olvido de adueñe de los reconocimientos a la hidalguía de nuestros ancestros, para conocernos más y mejor”.OAVS. 

En la contraportada del libro dice Andrés: 
“En multitud de escritos José ha hablado de Mompox, uno de los puertos fluviales más bellos de América, ciudad con ínfulas virreinales, traicionada por un río veleidoso, soberbia entre los casquetes de su propia ruina. Todos tenemos una ciudad que amamos, y en la que nos gustaría vivir el resto de nuestros días. Esa ciudad ideal- idealizada- no siempre es aquella donde nacemos. Una ciudad nos conquista porque nos atrae su música interior. O por la forma en que aman y miran sus mujeres, o por el aire cargado de frutas cuando atardece. En esta novela mi pariente Jose Deyonh Salzedo merece el reconocimiento de todos los que amamos y amaremos por siempre a Mompox”. 

Espero, David Ernesto, puedas acompañarme al lanzamiento de este otro sueño que un día nació en tu recinto, invitación que adelanto a todos mis amigos, esperando anunciar la fecha del reconocimiento, pues la velada se realizara en la emblemática Cueva.

1 comentario:

  1. Felicitaciones, José. Quedamos a la espectativa de tu publicación. Esa casa, fue donada a tus tías Otilia de Salcedo y hermana, junto con el piano, por la maestra alemana, de grata recordación, señora Fuzt de Tinoco, según se lee en su testamento. La niña Oti, a quien conocí ya en edad avanzada, en ese piano, instruyó en el teclado a muchos momposinos, habiéndose destacado el inolvidable Yimy Salcedo, tu pariente.

    ResponderBorrar